sábado, 9 de julio de 2011

Libre

El tiempo borró tus heridas y volví a mi castillo de princesa en medio del océano, alejada del mundo del dolor, alejada de ti. La niebla nubla la vista de todos, manteniéndolos lejos de mí, mantiéndome a salvo. Quizá algún día seré capaz de verte a los ojos sin que las lágrimas lleguen sin ser llamadas. Sinceramente, lo dudo. Pero se vale soñar, ¿cierto?
Anoche abrí mi baúl de sueños, ese que me obsequió el hada de los deseos cuando cumplí quince años, y dejé que las mariposas volar sobre mi cabeza.
He aprendido que son más felices libres. Al igual que yo. 

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